domingo, 27 de noviembre de 2016

Mr Cool.

Lunes noche, me tocaba trabajar hasta las 23.00 y ya casi era esa hora cuando, de repente, tengo la llegada del señor Cool, que iba al apartamento número 32... le doy la llave, confirmo todos sus datos y todo lo demás, y se da cuenta de que ese no es el apartamento que el quería.
Drama.
Me dice que no puede ser, que él quiere el 31 porque es más grande, ya que está en un lado del complejo y así tiene un balcón más amplio. Le digo que eso es lo que me ponen a mi en la reserva, y a esas horas de la noche no puedo hacer cambios. Me dice que había cogido ese apartamento en exclusiva y que si no pues no venía. Le dije que entonces tiene que hablar con la oficina central que le hizo la reserva, pero claro, mañana... sigue el tío diciendome que no, y yo ya cambio el chip y empiezo a darle la razón para que se calme y me deje en paz.
Porque si, le tengo que dar la razón y decirle que es muy injusto, que él paga mucho dinero y que si le dicen que el 31, pues le tienen que dar el 31, hombreya!
Pero la realidad es que a mi me importa una mierda. Trabajo en un sitio con la tontería de la multipropiedad y se creen dueños del complejo, y ESTOY TAAAAN HARTA que nadie sabe...

Entonces el señor se fue, a su 32, y mandé mensajes a todo el mundo: este señor quiere el 31 desde que está libre, rápido, volando, fast tiene que tenerlo! Y que pasó al día siguiente? Que el señor vino y dijo que el 32 no estaba tan mal, que se quedaba ahí... y que pasó cuando el 31 se quedó libre? Pues que el señor no quiso cambiarse.

miércoles, 24 de febrero de 2016

La gobernanta del infierno.

Pepa es una señora de pueblo, con el pelo largo oscuro y andares soberbios.
Ella trabaja en un complejo de apartamentos y es la jefa de las limpiadoras desde hace años. Le va bien. La gente le tiene miedo. Las limpiadoras le tienen miedo, la directora le tiene miedo, e incluso el dueño le tiene miedo.
Menos Pepita, su hija, todo el mundo evita problemas con Pepa y le habla lo menos posible.

No es la más limpia ni la más trabajadora, y su hija trabaja con ella y es incluso peor en su trabajo, pero es la primera que te grita, ya sea en persona o al teléfono, y te dice cualquier cosa aunque ni tenga razón, y aunque seas un simple empleado o el mismo dueño del complejo.
''Si no te gusta como soy, échame!''
No Pepa, no se trata de eso... se trata de que me importa una mierda como seas, pero esto no es tu casa, aquí se viene a trabajar y no a ponerse como una histérica. Se trata de que tu hija le dice a los empelados que no la agobien y que no la llamen, que lo que sea que se lo manden a otra chica y no a ella, para que luego me vengan clientes de entrada con fotos del apartamento sucio. Y si, ese apartamento lo ''limpió'' tu hija.
Se trata de que no grites e insultes a las limpiadoras, diciendoles que no las van a coger en ningún otro sitio, hasta que las hagas llorar y volver al día siguiente acojonadas y sintiendose mal al tener que hacer su trabajo.
Sobre todo, mientras tu dejas cosas sin hacer, y aun así gritas a los recepcionistas o a la directora diciendo que no tenías la información. Pepa, te damos la información en forma de listas todos los días por la mañana cuando llegas, y si no está tu eres la primera en pedirla. Suponemos que para leerla y hacerte tus planes, si no ¿para qué?

Deberías tomarte las cosas con más calma, que esto es un trabajo y no una dictadura del terror.

Si, este tipo de gente existe. En hombres y mujeres y en cualquier tipo de trabajo. Esta mujer que nunca te habla bien y solo sabe soltar bilis por la boca es mi compañera.
Yo intento llevarlo bien y siempre le hablo con calma, en plan ''perdona que te llame, pero necesito saber si la habitación 022 está hecha ya'' y entonces ella me responde bien si está hecha, o mal si no lo está ''¿Pero tu has visto que hora es? ¡Ya he dicho que no vamos a poder hacerlo todo hasta las 2!''

Si, muy comprensible, entiendo que estés bajo estrés por que en esta mierda de sitio se niegan a poner a más limpiadoras para terminar antes y dar un mejor servicio, pero nadie te está agobiando y menos si te hablan con esa suavidad. Se ve que no entiende que solo le preguntamos como va o si está hecha para poder quitarnos una entrada de encima, y así poder dar ese maravilloso servicio que tanto buscan en mi empresa, pero que no se quieren dejar ni un euro de más para conseguirlo.

Pues Pepa y Pepita, lo siento por vosotras, pero la vida es así y nadie debería tener que aguantar esa mierda de trato.

miércoles, 17 de febrero de 2016

No odio mi trabajo...

En realidad no lo odio... ni odio el sitio donde estoy... ni a los clientes...
Pero esto es internet y yo he venido aquí a quejarme, así que empecemos!

He trabajado en varios puestos, pero la mayoría de ellos han sido de recepcionista de hotel/apartamentos. Algunos grandes y caros, otros pequeños, unos con todo incluido, otros con nada, algunos con británicos, otros con escandinavos, otros con españoles y otros variaditos, y tengo que decir que siempre me ha gustado, por que es un trabajo en el que ves a gente diferente y nunca te aburres, pero ha llegado el momento en el que creo que empiezo a odiarlo todo con gran rabia y asco.

Aún así, no puedo dejarlo ya que se cobra bien y me hace falta el dinero, pero sobre todo por que, ahora viene lo peor, estoy sustituyendo. Ni siquiera es mi trabajo normal, a pesar de que iba a cubrir una baja de maternidad y ya llevo 11 meses aquí... y así llego al punto en el que me he dicho que me gustaría desahogarme y he acabado abriendome un blog, ya que un canal de youtube me parecía demasiado arriesgado, aunque me hubiese gustado hacerlo y así que se notase más el asco y la bilis.

Aquí estamos, dispuesta a rajar lo máximo posible, y para muestra, un cliente que acaba de entrar:

Hoy me llega una familia de 5, que para empezar no deberían ni estar aquí ya que los apartamentos son para 4 personas, pero como tienen un niño pequeño hay que joderse y aceptar a 5. Total, que ese niño pequeño ya viene pegando gritos, y me hace subir la voz para explicar todo a sus padres, que tenían que darme sus pasaportes, pagar y todo eso. Les hago todo el papeleo y los mando para el apartamento rápidamente para quitarmelos de encima, y unas horas más tarde... me aparece el tío con que habían roto una lampara.
Vale, acabas de entrar hace como dos horas y ya rompes una lampara. Persiguiendo a una mariposa que se te había metido en el salón. Ajam.
Pero eso es no es peor, y es que algo que me revienta es que me traigan las cosas rotas a la recepción, y este señor lo hizo. Me trae la lampara rota. ¿Que hago yo con eso ahora? ¿Para que me la traes?
Joder, siento ser tan bruta, pero es que no entiendo como no dejan las cosas rotas, con las que nos podemos cortar incluso, en el maldito salón, y simplemente me lo dicen y punto.
Pues no me corto un pelo y se lo digo, que aquí no la puede dejar, que se la lleve al apartamento y yo le mando al servicio técnico para que se la lleve y le ponga otra... y ahí que se va el hombre con la lampara rota y los trocitos para arriba otra vez.

Ojalá fuese la última vez que hacen eso, pero no creo.